Desear algo es complejo y maravilloso a la vez. Porque puede pasar que eso que queremos mucho suceda si nos movemos de forma consciente o inconsciente hacia ese lugar, si buscamos o insistimos para que se concrete. No hay un solo motivo sino que es una red de situaciones que nos impulsan hacia donde queremos ir. Por eso, es fundamental detenerse a pensar qué se quiere, qué se busca, y estar atentas porque esa elección que tomamos, indefectiblemente, interrumpe otras. Es que está claro que no se puede querer una cosa y su opuesto al mismo tiempo.